La Academia de Cine contesta a las últimas declaraciones del
Ministro Montoro con una Carta abierta firmada por la directiva, muy
interesante y en la que se exponen algunos temas muy interesantes.
Os dejo el contenido integro de la misma porque no tiene
desperdicio alguno en todo su contenido.
Señor ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas,
Debido a sus recientes declaraciones en
las que manifestaba que la crisis del cine se debía, entre otros factores a la
calidad del cine español, queremos mandarle estas líneas para contarle lo que
opinamos quienes trabajamos en el cine español.
No vamos a
hablarle de cuestiones tan importantes como la economía del cine, tan
maltratada por el Gobierno al cual usted pertenece, ni de otros muchos temas
que afectan a la industria cinematográfica. Queremos simplemente exponerle lo
que sinceramente pensamos sobre nuestro cine.
Al cabo del
año somos los responsables de las más o menos 200 películas que se producen en
España. Entre ellas, como en todas las cinematografías del mundo hay películas
malas, regulares, buenas, muy buenas e incluso algunas excelentes, y de estas
últimas muchas por descubrir, pues es bien sabido que toda obra maestra es un
hijo que no se bautiza hasta la muerte del padre. Por supuesto que la intención
de todos aquellos que participan en una película es la de hacer un producto
cultural (e incluso de entretenimiento) que goce del favor del público al que
va destinado, e incluso de aquello que se conoce como crítica.
Y mire usted,
en términos generales nos sentimos razonablemente satisfechos con el cine
español. Bien es cierto que somos conscientes de que un sector de nuestra
sociedad lo rechaza de forma visceral, que no racional. Son aquellos que
abominan del cine español que no ven. Y la pregunta es obvia: ¿cómo puedes
rechazar aquello que no has visto? Indudablemente para ello no hay respuesta
posible. Por lo tanto, debemos de dirigirnos a quienes lo ven y a quienes lo
juzgan.
Resulta que
nuestro cine es muy bien valorado fuera de nuestras fronteras, donde tiene una
presencia cada vez mayor –véase el auge de nuestras exportaciones– y de los
certámenes internacionales en los que está siempre presente y, en muchos casos,
es reconocido con los más importantes galardones.
Somos
plenamente conscientes de que no siempre podemos manifestarnos con nuestro
trabajo como queremos, pero sí asumimos la total responsabilidad de lo que
somos. Y la verdad es que, sin falsas modestias, nos sentimos orgullosos.
Nuestros actores, nuestros técnicos, nuestros directores, nuestros guionistas,
nuestros profesionales en todas las ramas son reconocidos y valorados en su
justa medida allá donde se exhiben nuestras obras. Y moral y profesionalmente
nos sentimos fuertes, eso sí con un amargo sentimiento de que se nos valora más
fuera que dentro de nuestras fronteras, donde ese sector visceral tiene gran
fuerza mediática e incluso, lo que es mucho peor, en el poder político. Bien es
cierto que no buscamos solamente el aplauso, pues quien sólo busca eso pone su
porvenir y su creatividad en manos ajenas.
Por todas las
declaraciones que hasta la fecha ha hecho usted sobre el cine español y quienes
lo hacemos, nos da la sensación, ojalá equivocada, de que usted pertenece a ese
sector que sin argumentos racionales desprecia y deslegitima nuestro trabajo.
Pero la verdad es la que es, y tan sólo se
inventa la mentira. Cuando el poder te es injustamente adverso hay poca
justicia, y donde hay poca justicia es muy peligroso defender la razón.
Nosotros
anhelamos un buen futuro para el cine español y por ello nos gustaría
olvidarnos de lo que ha sucedido, o de lo que sucede, pues el pasado se puede
lamentar pero es imposible rehacerlo. Y nuestra profesión, que en muchos casos
tiene un gran componente artístico, seguirá estando en continuo movimiento,
ignorando a quienes creyéndose en posesión de la verdad absoluta, cuando tratan
de demostrarlo, no aciertan jamás.
Por eso nos
dan pena y congoja sus declaraciones sobre nuestro colectivo y, aunque es muy
importante escucharle, nos da sinceramente mucho miedo averiguar la verdad de
lo que usted piensa.
Somos en gran
medida dueños de nuestro futuro y sabemos que el porvenir no es lo que venga
sino lo que seamos capaces de hacer y créanos que, pese a todos los obstáculos
que está usted poniendo para nuestro desarrollo, vamos a ser capaces, tal y
como lo estamos haciendo en las precarias condiciones actuales, de tener un
claro futuro.
Perdone que le
recordemos con todos nuestros respetos señor Ministro, que usted como los
yogures, tiene fecha de caducidad. La creatividad no. Pese a todo, como dijo
Machado: “hoy es siempre todavía y ayer es nunca jamás”.
Y no queremos
ocupar más su tiempo, si ha tenido la amabilidad de leer esta carta, pero
permítanos que le demos un consejo: relájese que los calentones son muy
perjudiciales en política y en la vida en general, y acuda al cine a ver una
película, incluso española. Mire por donde en la cartelera actual hay 4 ó 5
películas españolas en lo más alto del ranking, muy diversas todas
ellas, y por poco más de 6 euros le harán pasar un rato inolvidable.
Suyos afectivamente,
Junta
Directiva
de la Academia de las Artes
y las Ciencias Cinematográficas
de España
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